Este efecto terapéutico se manifiesta de diferentes maneras, dependiendo de la persona, su vida y cómo interactúan con la imagen
La fotografia sirve como un recurso para conectar los mundos interno y externo del individuo a través de su simbolismo. Es una forma de trabajar utilizando el lenguaje artístico y su esencia.
Hay muchos estudios y trabajos terapéuticos desarrollados a partir de las fotografías. Incluso la pedagogía visual es una área cada vez más creciente en la educación infantil.
Pero esta herramienta puede ser utilizada por cualquier persona, porque la fotografía nos despierta emociones, recuerdos, intereses y preocupaciones que a veces no nos damos cuenta.
Esto es un gran potencial que, en su utilización en medios educativos y terapéuticos, puede ayudar a cambiar y aprender nuevas formas de relacionarse con su propio mundo interior y lo de otras personas.
Y este camino contribuye al crecimiento saludable y mejora los procesos de interacción personal.
Es por eso que muchos profesionales hoy en día, psicólogos, educadores, actores y artistas visuales, han profundizado sus conocimientos en fotografía terapéutica, y la han utilizado en sus campos de actuación.
Un fotógrafo con la sensibilidad de entender y reflexionar como la imagen afecta a las personas, desarrolla una mirada más nítida, y está más capacitado para producir sus fotografías de acuerdo con sus objetivos. Su cámara incluso es la herramienta utilizada para expressar su mundo interior.
Según la concepción de Jung, la energía psíquica se convierte en imagen. Es decir, el inconsciente que se revela a través de funciones imaginativas, es en realidad un autorretrato de lo que sucede en el espacio interior de la psique. Aún para él, el individuo crea imagen de lo que no se puede expresar con palabras. A través de imágenes, un rico contenido de energía, deseos e impulsos se traducen en el mundo exterior.
Jung pedía a sus pacientes que representaran plásticamente sus sueños, sentimientos y emociones, creyendo que las expresiones artísticas representaban la vida cotidiana y mostraban el grado de compromiso en la articulación consciente-inconsciente. Para él, el arte siempre ha sido un componente curativo.
La fotografía terapéutica es una forma interesante de profundizar el autoconocimiento, mejorar las relaciones interculturales, incluso desarrollar una visión crítica más refinada.
Cada fotografía que una persona toma o guarda, es también una especie de autorretrato, de “espejo de memoria” que refleja aquellos momentos y personas que eran tan especiales y que merecían la eternidad.
Las fotografias – tuyas o de otras personas – tienen un tono de denuncia: revelan el espacio y el tiempo de la imagen, y los sentimientos contidos en ella. Incluso las reacciones de las personas a postales o fotos de revistas, pueden proporcionar una clave reveladora de los secretos de sus vidas internas.
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En consecuencia, la reacción de una persona a una fotografía que ella considera especial, puede revelar mucho sobre sí misma, si se hacen las preguntas correctas.
Lo que nos hace falta hoy, es que tengamos tiempo para mirar una imagen, y descubrirnos en ella.
Un buen ejercicio que cualquier persona puede hacer es, al visitar una exposición, tomarse un poco más de tiempo para mirar a cada una de las imágenes y analizarlas más allá de la técnica: con una mirada terapéutica.
Y entonces te quedarás sorprendido de lo que puede revelar una fotografía.
Fontes e imagens: Instituo 8, Obvious Mag, Marcia Homem de Mello, Nathan Anderson